Escribió su primera novela con apenas quince años, Hombres de acero (1935, con prólogo de Benjamín Jarnés) y se licenció en Filología Románica; marchó a París a ampliar sus estudios con una beca, y viajó además por toda Europa: Italia, Inglaterra, Bélgica, Portugal; y también por toda España, pero se asentó en París.
Cuando venía a España tomaba parte de la tertulia de escritores antifascistas que entre 1945 y 1953 se reunía las noches de los sábados en el café Lisboa de la Puerta del Sol, integrada además por Juan Eduardo Zúñiga, Arturo del Hoyo, su esposa Isabel Gil de Ramales, Vicente Soto, Francisco García Pavón, José Ares Montes y Antonio Buero Vallejo, entre otros.
Ejerció como profesor de lengua y literatura en la Sorbona durante su exilio en París.
Colaboró en las revistas Ínsula (desde 1949, por invitación de Enrique Canito), Cuadernos para el Diálogo y Triunfo.
En 1954 publicó una colección de once relatos, Por la orilla del tiempo, pero años después la censura española le obligó a publicar en Francia, traducida al francés por R. M. Ducaud, en la prestigiosa editorial Gallimard, L'autre face (1960), una de las cumbres del realismo social español.