Tres veces marcó cuarto goles en un mismo partido: frente a Estudiantes de Bahía Blanca (1948), Bella Vista (1950) y Tiro Federal (1950).
Su estilo era simple: esperar el pase de los jugadores por los lados y apuntar el tiro hacia la portería.
En ese sentido, los que mejor le entendieron fueron Rosello y Juan José Pizzuti.
De entrada, el titular era Rubén Fernández pero como no la metía le dieron el 9 a Borello.
Con 78 goles en 152 partidos se transformó en una pieza clave de Boca Juniors en la década del 50′.