José Aparicio
Debido a este hecho, José Aparicio cayó preso, como el resto de los artistas españoles becados residentes en Roma, en el castillo de Sant'Angelo, siendo considerado prisionero civil en la época fernandina.Parte para Madrid, donde finalmente inicia su carrera, siendo nombrado en agosto pintor de cámara del rey Fernando VII tras pedirle perdón.Al morir el rey Fernando VII, en 1833, se inició el declive de su carrera puesto que no era bien visto por los gobiernos liberales que siguieron.A juzgar por estudiosos como Ramírez Domínguez, su estilo es académico, dibujístico, relamido y frío, con exageraciones grandilocuentes.Se dedicó fundamentalmente a temas históricos de carácter patriótico.[6] Otras se conservan en la Academia y en el Museo Lázaro Galdiano (un posible autorretrato de juventud).