Aún sin haberse licenciado, en 1954 logró una beca para estudiar en la Universidad de Toulouse, en Francia, instalándose en Madrid, donde se licenció en Ciencias Biológicas.
[5] En este proyecto trabajaban unos mil jornaleros, que se distribuían en poblados por todo el territorio del actual parque y que contaban con sus propias capillas y escuelas.
[5] La plantación de pinos, árbol mediterráneo, no era desacertada, aunque la plantación de eucaliptos podía cuestionarse debido al gran consumo de agua que esta especie tiene y las dificultades que tienen otras plantas para crecer en el suelo donde esta especie se planta.
Los humedales en España tenían connotaciones negativas, al ser tierras consideradas no salubres donde proliferaban mosquitos que podían transmitir enfermedades graves como el paludismo.
[4] Bernis Madrazo también había escrito cartas a Franco sobre la preservación del humedal.
Como consecuencia de la repercusión que causaron estos movimientos se paralizó la desecación.
Sus conclusiones fueron plasmadas en diversos artículos que hoy se han convertido en clásicos de la literatura científica española.
Destaca el establecimiento de la relación predador-presa sobre una base energética, algo que habían pasado por alto los anteriores investigadores evolutivos.
Ese mismo año su legado quedó depositado en la Universidad de Salamanca.