Circunstancias económicas lo obligaron a dejar los estudios y buscar trabajo en la Caja Costarricense del Seguro Social (C.C.S.S.
Es por ese periodo que comienza a publicar en el periódico El Turrialbeño en compañía de varios jóvenes de su tierra (entre los que se contaba Laureano Albán y Marco Aguilar).
Dicho puesto requirió que primero se trasladara con su familia a San Isidro de El General y luego al Valle Central (Heredia y San José), donde fundó el Círculo de Poetas Costarricenses.
Leía constantemente sus libros favoritos de autores como Pablo Neruda, Vallejo, Amado Nervo, Miguel Hernández, Bécquer y Whitman.
[1][2][3] Su origen humilde le permitía acercarse a los trabajadores fácilmente en su puesto de inspector.