Su protagonista es un sacerdote llamado Jonsuemheb (que significa 'Jonsu está en júbilo') y la historia gira en torno a su encuentro con un inquieto fantasma.
Entonces, Nebusemej le cuenta su vida pasada, cuando era supervisor de las tesorerías y oficial militar bajo el faraón Rahotep.
Jonsuemheb le dice al fantasma que cumplirá con cualquiera de sus solicitudes y se ofrece a enviar a diez de sus sirvientes para hacer ofrendas diarias en su tumba, pero el fantasma lamenta que esta última idea no sirva para nada.
Los hombres regresan a Karnak, donde está oficiando Jonsuemheb, y le informan sobre el lugar que han encontrado.
[3] El texto termina repentinamente aquí, pero es probable que Jonsuemheb haya logrado llevar a cabo su plan, reconstruyendo su tumba y reanudando su culto funerario, para descansar en paz, calmando así al fantasma.