Tradicionalmente habían sido militares liberales, pero durante el siglo XX se alinearon con los sectores más conservadores.
Ingresó muy joven en el arma de Caballería y vivió la restauración borbónica, abrazando la causa alfonsina.
Luchó en la tercera guerra carlista, en Melilla (1893) y en las Filipinas (1897-1898), donde coincidió con Miguel Primo de Rivera, el futuro dictador.
Muy ligado siempre al monarca, tuvo posteriormente destinos en Madrid y Ceuta, en donde fue ascendido a teniente general.
El obrerismo, liderado por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) se había organizado y luchaba contra los pistoleros de la patronal.