Jill estaba haciendo una sentada frente a un camión que transportaba terneros vivos para ser exportados hacia Europa desde el aeropuerto de Coventry.
Junto con su madre se sumaron a campañas que consiguieron cerrar comercios peleteros en Coventry.
Jill finalmente consiguió que su sentencia fuera suspendida por el hecho de estar embarazada.
Después del nacimiento de su hijo Luke, al ser madre soltera, Jill tuvo que dedicarse a su cuidado, lo que no le impidió seguir asistiendo ocasionalmente junto con su hijo a manifestaciones y sabotajes de caza.
En 2006 esta prohibición fue levantada, pero el aeropuerto de Coventry se comprometió a rechazar las solicitudes para transportar terneros.