Finalizada la guerra, regresó en 1939 a Madrid y, seguidamente, ocurrió la muerte de su padre, Laurentino, cuando Fernández Santos contaba con catorce años.
En aquellos años de facultad y con la ayuda de Florentino Trapero y Alfonso Sastre, el escritor dirigió el Teatro Experimental Universitario, donde se representaron por primera vez en España obras de Tennessee Williams, Saroyan, Strindberg y Claudel, así como una del propio Fernández Santos: Mientras cae la lluvia.
En esta iniciativa teatral intentaron renovar el teatro desde una dimensión vanguardista y europea.
A pesar de esta experiencia, el escritor terminó por dejar los estudios universitarios.
Coincidió con Carlos Saura, Julio Diamante, Eugenio Martín, José Luis Borau, Mario Camus, entre otros.
Aunque vivió siempre en Madrid, con su mujer, María, e hijos, Miguel y Juan, Fernández Santos mantuvo en todo momento un vínculo estrecho tanto con el pueblo leonés de Cerulleda, donde había nacido su padre, como con el resto de la provincia leonesa.
Las aplicaba con la contundencia del neorrealismo italiano y la narración estadounidense, que irrumpieron en España en la década de 1950.
Tanto en sus novelas como en los documentales que dirigió para RTVE, Fernández Santos mostró su tesón por recuperar el legado de los clásicos españoles, en literatura y en arte en general.
Además, muchas veces ofrecían interpretaciones distintas de la institucional, en las postrimerías del franquismo.