[2] Uno de los integrantes del directorio de esta Sociedad fue el reconocido obispo Manuel Larraín Errázuriz, cuya participación consiguió mitigar las burlas y críticas hacia esa agrupación.
En el espacio televisivo, como razón de inscribir la Luna a su nombre, Gajardo señaló:[2] Gajardo cuenta que tramitó la revalidación de su propiedad en Washington D. C.[1] por medio del abogado Enrique Monti Forno.
[4] Parte de la misma historia anexa en un tono jovial que cualquier gasto o erogación que se derivara del permiso sería pagado in situ.
En la notaría de Ramón Galecio en Santiago,[2] Gajardo legó la Luna al pueblo chileno:[9]
En 1967 se suscribió el tratado del espacio exterior,[11] actualmente ratificado por 98[1] países y firmado por otros 27, que prohibió la compraventa de objetos en el espacio exterior.