Durante la guerra trabajó en un hospital militar, donde se apasionó por la Medicina.
Cuando el niño feral o salvaje de Aveyron llegó a París a finales del siglo XVIII, rodeado de gran publicidad y expectación, Itard se interesó mucho en su caso, en el que vio la posibilidad de contrastar empíricamente las ideas filosóficas y antropológicas de su tiempo respecto a la naturaleza humana y a las relaciones entre naturaleza y cultura en los seres humanos.
Propuso un plan para procurar su rehabilitación e incorporación a la sociedad, plan que fue aceptado, a pesar del escepticismo de los otros médicos.
Subvencionado así por el gobierno francés, durante los cinco años siguientes se dedicó intensamente a esta tarea.
Estableció las bases del método de lectura Braille para ciegos.