Es también el único silbante belga en haber sido elegido para la final de una de las tres competiciones internacionales más importantes (Mundiales, Europeos o Juegos Olímpicos), así como uno de los 19 árbitros que tienen participación en tres ediciones de copas del mundo (1930, 1934 y 1938).
En aquella ocasión dirigió 4 encuentros, entre ellos está el partido de fases eliminatorias entre Uruguay y Perú, que inauguró el nuevo Estadio Centenario de Montevideo.
[1] Además Langenus, apenas llegado al estadio, fue arrestado y luego inmediatamente liberado, también a 13 desconocidos antes que él habían pasado por una broma como el árbitro del partido.
El árbitro tuvo que resolver también el problema relacionado con los balones de fútbol, dado que ambos equipos querían utilizar solamente los propios: la decisión salomónica fue la de jugar con sólo dos balones, proporcionadas por las dos selecciones, por un tiempo cada uno.
[2] El desafío se llevó a cabo con regularidad, sin quejas en particular.