Jean-Pierre Ricard

En 1999 viajó a Perú para visitar al sacerdote fidei donum[1]​ de Montpellier, el padre André Bésinet.

En 2000 se trasladó a El Líbano para reunirse con líderes políticos y religiosos.

En 2003 publicó un libro titulado Sept défis pour l’Eglise (Siete retos para la Iglesia).

A pesar de que no se presentó ninguna denuncia, la Justicia francesa abrió una investigación preliminar.

[6]​ La Santa Sede, tras un juicio canónico, mantuvo a Ricard como sacerdote y cardenal aunque lo suspendió permanentemente de todo ministerio público excepto en la diócesis donde reside.