Cursó sus estudios de forma brillante primero en Toulon, luego en Marsella y, finalmente, la Licenciatura en Aix en 1765.Portalis se presentaba como un hombre alto, de fisonomía fina y seria, alumbrada por media sonrisa.En el fondo de su carácter se albergaba una sencillez llena de gracia, mezclada con impetuosas ocurrencias, familiares del clima en el que había crecido, y cuya alegría daba un interés picante a su conversación, naturalmente grave y sustancial.Cuentan que su elocución, salpicada con ingeniosas anécdotas, gozaba de gran encanto.Ya en esta época (a los cincuenta años) padecía de cataratas, estaba casi ciego, y casi no podía leer ni escribir; sin embargo, conservaba una memoria tan prodigiosa que ni siquiera sus más inmediatos colaboradores detectaron el verdadero alcance de su dolencia.Con ocasión de las elecciones del año V se coloca al frente del Partido Constitucional (de monárquicos moderados), el cual se encontraba entre las dos facciones rivales formadas por los convencionales y los realistas.El peregrinaje transcurriría por Alemania y Suiza, donde entró en relación con los intelectuales de la época (Goethe, Lavater, Mallet du Pan, Narbonne, Suard, Jacobi), que influyeron decisivamente en su formación y en la evolución de su pensamiento.No se le permitirá regresar a Francia hasta finales del año 1799.Se hubiera dicho que la Francia no era sino una sociedad de sociedades.En este sentido, su método dotado de profunda sensatez quedó en las antípodas del que preconizaba la citada Escuela del Iusnaturalismo Racionalista que, para todo, pedía la aplicación implacable de las deducciones apriorísticas en virtud de las cuales la realidad debía adaptarse a ideas preconcebidas, claras y distintas.[11] El Código Civil francés no solo ha tenido una distinguida importancia en Francia, este impregna ordenamientos jurídicos en una gran parte de Europa: Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Holanda, Italia, España y Polonia; como también en Sudamérica: Argentina y Bolivia.Lo anterior se ve claramente manifestado en su discursos preliminar del proyecto de Código Civil Francés, que a continuación se narran algunos fragmentos: "El derecho es la razón universal, la suprema razón fundada en la naturaleza misma de las cosas.las leyes son o deben ser el derecho reducido a reglas positivas.“La misión de la ley es fijar a grandes rasgos las máximas generales del derecho, establecer los principios fecundos en consecuencias y no descender al detalle de las cuestiones que pueden surgir en cada materia”.[14] Era propio del pueblo francés de la época reconocer como única autoridad a la ley, por ser esta general y abstracta.Si fuera de otro modo, habría que hacer nuevas leyes diariamente: su multitud ahogaría su dignidad y perjudicaría su cumplimiento.Siempre consideró que la labor hermenéutica era necesaria para lograr una efectiva vigencia del derecho.Nos dice "La interpretación doctrinal consiste en captar el verdadero sentido de las leyes, aplicarlas inteligentemente y suplirlas en los casos no regulados por ella.Con ello Portalis no solo reconoce como imprescindible la interpretación doctrinal o judicial, sino que con un criterio bien amplio, traza las grandes líneas por donde debe discurrir la labor del intérprete, confiriendo al juez una gran libertad de espíritu.Su gran conocimiento del derecho romano clásico y justinianeo lo llevó a tener esa convicción profunda: el jurista y el juez no se reducen a ser autómatas, simples y fríos aplicadores del texto legal; muy por el contrario, el juez, vinculado positivamente al derecho vigente, debe recrear la fórmula legal para adaptarla plenamente a la realidad social que regula.En esta obra reina la claridad, el método, un tono sabio, moderado, imparcial y religioso.o Santiago de Chile explican a sus alumnos el buen criterio y el profundo conocimiento de las instituciones que subo expresar Portalis en un estilo claro y sencillo.