Los jariyíes provocaron grandes rebeliones contra los califas omeyas, debilitándolos y facilitando su sustitución por los abasíes.
Su rigor en lo que al cumplimiento de los preceptos del islam se refiere tiene como contrapunto una gran tolerancia hacia las otras religiones.
La tendencia más radical, la Azraquita o Azraquí, considera al resto de los musulmanes como infieles (mušrik, مشرك "idólatra, politeísta") y se desarrolló en Persia alrededor de 685 CE por Nafi' ibn al-Azraq (Nāfiʿ Ben Al-Azraq, نافع بن الازرق).
Una tercera tendencia, la ibadita, se ha extendido mucho más que las dos anteriores y aún existe en variantes regionales.
(ġazāla al-ḥarūrīa, غزالة الحرورية) ordenó a las tropas como Yuwayriya (ŷuwayrīya bint abī sufyān, جويرية بنت أبي سفيان), en la batalla de Yarmuk.