Jardín mallorquín

Por lo general, es un tipo de jardín asociado a fincas rústicas o «posesiones», que es como se denomina a los predios tradicionales mallorquines, formados por un conjunto de vivienda y terreno de explotación agrícola, muchos de los cuales son conocidos con la partícula toponímica son, contracción del mallorquín ço en («lo que pertenece a»; también so n' si el nombre empieza por vocal o so na si es femenino).

Al dedicar la mayor parte del terreno a la agricultura, los jardines se sitúan junto a la casa, de pequeño tamaño, con paseos pergolados para proteger del sol, bancos y mesas de piedra, macizos de flores y arboledas dispuestas generalmente en bancales o terrazas, con especies como olivos, palmeras, cipreses, naranjos, limoneros, pinos y viñas.

La herencia islámica se denota en los sistemas hidráulicos basados en albercas, canales y tuberías de barro.

Los conjuntos se completan con elementos como fuentes, escalinatas, pabellones y estatuas.

En el siglo XIX muchos de estos jardines fueron adaptados a la moda paisajista, con lagos, estanques, caminos sinuosos y frondosa vegetación.