[4] La fundación del Jardín Botánico de Medellín se sitúa a finales del siglo XIX, cuando los terrenos que actualmente ocupa empezaron a ser utilizados con un enfoque recreativo, en un establecimiento conocido en ese tiempo como la casa de baños El Edén.
En aquel entonces, era propiedad de don Víctor Arango y fue administrada por otros, como José María Arango, quien intentó sin éxito producir las primeras bebidas gaseosas que precedieron a las de Posada Tobón—Postobón— en los últimos años del siglo XIX».
En ese contexto, se empezaba a gestar una nueva fase en la historia de este espacio.
[6] Junto a otros personajes, los nombres de Ricardo Greiffenstein y Leocadio Arango sobresalen en el esfuerzo por hacer realidad ese ideal.
[6] La parcela inicial, que más tarde pasó a ser administrada por el municipio de Medellín, se vio complementada por la compra o donación de terrenos y fincas adyacentes por individuos, formando así un área considerable.
Se creó un lago aprovechando las aguas disponibles, permitiendo a los visitantes pasear en barcas.
En lo que hoy se conoce como el Salón Restrepo, había una pista de patinaje.
[3] Este evento sirvió como el impulso inicial para un proceso que llevó a una reforma sustancial del Bosque de la Independencia.
Juntos, crearon una fundación privada sin ánimo de lucro, que estableció el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, en homenaje al renombrado naturalista antioqueño.
[3] Así, con un comienzo favorable, se dio inicio a la historia del Jardín Botánico.
Igualmente, se llevaron a cabo los diseños arquitectónicos y técnicos requeridos, incluyendo algunos que aún necesitan financiación.
En su interior, se ha creado un cauce para el agua que surge de un afloramiento natural.
Para preservar sus condiciones, se prohíbe el consumo de alimentos y bebidas en el lugar.
Colombia es el país americano con mayor riqueza en palmas y ocupa el segundo puesto a nivel global.
Bajo el techo de esta notable estructura arquitectónica, así como en su entorno, se encuentra una exhibición permanente que presenta diversas colecciones vivas, tales como orquídeas, bromelias, plantas carnívoras, cuernos y helechos arbóreos, entre otras especies.
Estos arbustos, que pertenecen a la familia ericaceae, presentan una floración casi continua a lo largo del año, destacándose por sus intensos colores, que abarcan el rosa, rojo, naranja, amarillo, púrpura y blanco.
Además, se introdujeron hierbas, árboles, arbustos y lianas nativas de bosques tropicales.
Dentro de la ambientación del Restaurante In Situ, se puede apreciar una era o huerta que alberga diversas especias y plantas comestibles.
Entre las especies presentes se encuentran el romero, cebollín, albahaca, ají, menta, tomillo y orégano.
Esta zona es especialmente valorada por los niños para actividades recreativas y la exploración de la naturaleza.
Por ejemplo, algunas áreas del Jardín necesitaban recorrer hasta 100 metros al aire libre para realizar una llamada de larga distancia.
Por lo tanto, se planteó la urgencia de diseñar un área que concentrara a todo el personal del Jardín en un solo lugar, con el objetivo de maximizar la eficiencia operativa y asegurar que se cumplieran las especificaciones necesarias para su correcto funcionamiento.
Esta fue la única construcción dentro del proceso de transformación que adoptó una nueva huella en el espacio.
Para este propósito, el arquitecto Óscar Mesa recibió la asesoría bioclimática de Alberto Arango Johnson.
El Jardín está trabajando en la obtención del equipamiento necesario para dotar estos espacios de manera adecuada, lo que permitirá al equipo de trabajo realizar estudios en fisiología vegetal, fitoquímica, bromatología, etnobotánica, genética y biotecnología.
La catleya, orquídea que simboliza la flor nacional, también lleva su nombre científico, Cattleya trianae.
De esta manera, se destacó el papel fundamental que desempeñan las ciencias y la educación ambiental en el renovado Jardín Botánico de Medellín, siempre con un enfoque en el disfrute y el acceso para todos, no solo para los especialistas.
El entorno es moderno y acogedor, en el que la integración de elementos naturales junto con los platillos del menú crean una experiencia momorable para los visitantes.
La institución, con un enfoque especializado, fue creada con la finalidad de apoyar la investigación científica sobre la flora colombiana.
Así, la biblioteca se posiciona como un recurso valioso para diferentes públicos, desde aquellos que inician su camino en el conocimiento hasta los profesionales del área, ofreciendo una amplia gama de programas.