[2] La forma que utilizaba en 1860 el carnicero Robert Burrow Atkinson en los sótanos del local ubicado en el Blossom Street para curar el jamón se hizo tan popular que, rápidamente, los visitantes exportaron el nombre y, en otras localidades británicas, solicitaban jamón curado al estilo de York.
[1] Puede salarse de forma tradicional mediante masaje manual, que en la actualidad se realiza mecánicamente en un tambor giratorio.
El proceso de hidratación permite que la carne cobre un mayor volumen y se reduzca su contenido en grasas.
Suele tener diversas utilidades culinarias, la más habitual es loncheado cuyo destino es la elaboración de bocadillos y sándwiches.
Existe un buen número de recetas que lo emplean en asados, empanado y frito: San Jacobo o en ensaladas (cortados a taquitos).