Como todos los arquitectos del siglo XVI, Sansovino consagró considerable energía a elaborar estructuras temporales en relación con los rituales de la corte.
La entrada triunfal del papa León X en Florencia en 1515 fue un punto álgido de este género.
La construcción se demoró durante cincuenta años, y costó más de 30.000 ducados.
[3] En ella logró hacer que el lenguaje arquitectónico del clasicismo, tradicionalmente asociado con la severidad y el comedimiento, fuese del gusto de los venecianos, con su amor por la decoración de superficies.
Esto abrió el camino a la graciosa arquitectura de Andrea Palladio.