En esta ciudad abrió diversos centros educativos, en los que admitía a personas sordas.
Para su educación, adoptó el alfabeto manual de Juan Pablo Bonet, añadiendo 30 figuras correspondientes a sonidos en lugar de a letras.
Por ello es considerado como uno de los inventores de la lengua manual para sordos y se le atribuye el ser la primera persona en enseñar a hablar a una persona sorda no verbal.
En la ciudad de Badajoz también hay una calle céntrica que lleva su nombre.
[5] Sus nietos, los hermanos Péreire fueron unos famosos financieros y banqueros franceses durante el Segundo Imperio.