Además, disputa sus partidos como local en el campo de fútbol y rugby Las Lagunillas.
Ahí empezó un peregrinar por diversas instalaciones, como el Sebastián Barajas, Las Fuentezuelas, Torredonjimeno, Torredelcampo, La Guardia, Martos, Los Villares y Motril.
En el municipio granadino tenían que jugar como locales a 174 kilómetros de su sede natural.
La ilusión podía con las carencias estructurales, aunque al banquillo llegó un técnico que impuso su experiencia y conocimientos, como fue José Miguel de la Torre.
Este evento, supuso a la postre un gran impulso al rugby en la ciudad.