Uno de sus diseños fue comprado por el Ejército Rojo y sirvió de base para el famoso tanque T-34 soviético utilizado durante la Segunda Guerra Mundial.[1] El Ejército Rojo también se mostró interesado por sus tanques y le compró dos unidades, como «tractores agrícolas» ya que iban sin torretas.Lo que más apreciaron los expertos soviéticos fue el sistema de blindaje inclinado (del 40%) en la parte frontal con lo que aumentaba su resistencia a los proyectiles antitanques y sobre todo su innovador sistema de suspensión variable de muelle helicoidal (conocido precisamente como suspensión Christie) que permitía a los tanques desplazarse fácilmente campo a través.[2] Christie también diseñó un tanque anfibio capaz de cruzar ríos, cuyas pruebas las realizó en el Potomac y en el Hudson.Aunque no podía ser utilizado en las aguas costeras porque se hundía, su idea fue utilizada años después para crear los vehículos de desembarco de tracción por orugas (o LVT, por sus siglas en inglés), utilizados durante la Segunda Guerra Mundial.