El acceso a la isla se realiza a través de un puente de piedra (situado en su extremo sur) construido en torno a 1845, y también mediante dos pasarelas metálicas (una al sureste y otra al noroeste) instaladas en 1988.
En aquella época el entorno de la isla no era más que un paraje cenagoso.
En 1840 un empresario compra la isla para revenderla más adelante por parcelas.
La isla estuvo bastante abandonada desde los años 1950 hasta 1986, año en el que la ciudad compró todas las parcelas y la reconvirtió en un jardín de inspiración japonesa.
El jardín se inauguró el 11 de septiembre de 1987 y en la actualidad cuenta con una exuberante vegetación compuesta por bambúes, cipreses de los pantanos, rododendros, camelias y cerezos japoneses.