Este árbol aprecia los lugares soleados y los terrenos encharcados, pantanosos o regularmente inundados.En los terrenos más secos, está acompañado del roble de los pantanos (Quercus palustris).[3] Esta especie es originaria de climas húmedos donde la precipitación anual oscila entre 760 mm o 30 pulgadas en Texas y 1630 mm o 64 pulgadas a lo largo de la costa del Golfo.Aunque crece mejor en climas cálidos, el límite norte natural de la especie no se debe a la falta de tolerancia al frío, sino más bien a requisitos reproductivos específicos: más al norte, la regeneración natural se ve impedida por el daño del hielo en las plántulas.[2] En suelos anegados emite raíces aéreas llamadas neumatóforos que buscan la superficie para oxigenarse.