Tras recoger las aguas de numerosos afluentes, al unirse con el río Mamoré da lugar al nacimiento del importante río Madeira.
Fue así que eventualmente llegó al río de los Omopalcas,[2] nombre con el que se denominaba al río Beni, y conoció a los tacanas.
El río a lo largo de su curso, presenta pendientes pronunciadas que conjuntamente con la geología dan lugar a las cachuelas y angostos, de los cuales reviste una particular importancia el angosto del Bala de 60 metros de anchura, ya que al presente se impulsa un proyecto hidroeléctrico asociado a este angosto.
En algunos mapas se hace referencia a esta parte final del río como "Madre de Dios", pero los mapas oficiales bolivianos lo identifican como "Río Beni".
Este último tramo del río se ensancha hasta dos kilómetros incluso con un caudal de agua medio (8.900 m³/s).