Es una de las más grandes islas privadas del mundo.
[1][2][3] Es una isla barrera con playas abiertas y grandes dunas de arena.
En la parte sur hay llanuras de intermarea con limos, arcillas, arena y grava; salinas.
Este topónimo luego se convertiría en "Altamura".
[5] A este respecto, cabe destacar la presencia, en la región mexicana frente a la isla, de misioneros italianos en el siglo XVII y en el siglo XVIII así como la obra titulada Bibliothecae Dominicanae (1677) del italiano Ambrogio del Giudice (llamado "el Altamura") que, entre otras cosas, había registrado las biografías de religiosos que evangelizaron o vivieron en el actual México.