Era natural del barrio San Felipe, León.
En 1909 fue expulsado del país, con otros tonsurados que siguieron al obispo Simeón Pereira y Castellón, por el gobierno anticlerical de Jose Santos Zelaya, estableciéndose primeramente en Cuba y después en Heredia, Costa Rica.
En León dirigió el Colegio San Ramón, elevando notablemente su nivel.
En su labor pastoral impulso el nuevo clero, creación del seminario San Luis además de desempeñarse como rector y profesor del mismo.
Y al pie del monumento de su tumba se lee “Ecc sacerdos magnus / Qui in diebus sui placuit Deo; He aquí al gran sacerdote / Que en sus días agradó a Dios.