Durante la posproducción, un cambio en la administración del estudio Columbia Pictures también produjo dificultades profesionales y personales que minaron el estreno de la película.
Llaman al agente Marty Freed (Weston) para que los represente e intentan cantar sus canciones en un local de karaoke.
Marty consigue contratarlos como cantantes de salón en un hotel en Marruecos para entretener a los soldados estadounidenses estacionados allí.
Un agente de la CIA (Charles Grodin) se involucra cuando Shirra contacta a Chuck y Lyle.
Tanto Shirra como CIA intentan utilizar a Lyle y Chuck para conseguir sus fines, lo que resulta en que ambos se pierden en el desierto del Sahara, y sin darse cuenta exponen la operación secreta de la CIA para mantener el gobierno islámico en Ishtar.