Isabel Villar

Allí fue donde conoció y se integró en el grupo conocido como el de "La Cepa", formado por Alfredo Alcaín, Manuel Alcorlo, Vicente Vela, Ángel Doreste, Antonio Zarco y el que con el tiempo se convertiría en su marido, Eduardo Sanz.[4]​ En 1957 tuvo lugar su primera exposición colectiva en la Casa de Salamanca en Madrid, junto con otros pintores de la provincia, como Tere Gaite, Malocha Pombo, María Victoria Alcántara, Manolo Marcos, Manolo Martín Sánchez, Luis González Sierra y Jacinto Orejudo.En esa misma galería, la pintora realizaría en 1971 su primera exposición individual en Madrid, que supondría no solo su revelación artística sino también el momento a partir del cual hallaría su propia senda y daría a conocer su personal mundo pictórico.En el año 2012 su obra fue incluida en la exposición Genealogías feministas en el arte español comisariada para el museo MUSAC de León por Juan Vicente Aliaga y Patricia Mayayo.En 2018 la galería Fernández-Braso de Madrid le dedicó una amplísima exposición individual con su obra más reciente.[7]​ Algunos sectores de la crítica han calificado su pintura como naïf, una clasificación que la pintora rechaza de pleno: "naif es el señor que nunca ha estudiado pintura, y se nota.[7]​ Su iconografía muestra paisajes y personajes fantásticos, aunque la propia autora ha negado su inclusión en el ingenuismo.Isabel Villar hace una pintura minuciosa, detallista, utilizando una técnica casi puntillista.En un momento me dije, nada de eso, yo soy Isabel Villar, soy una mujer y punto.