Hijo del arquitecto y pintor Sigismondo Mondino Scarsella (1530-1614), con quien recibió su primer aprendizaje.
Sin embargo, su estancia en Bolonia es dudosa, pues hacia 1565 los Carracci todavía no habían establecido su taller en dicha ciudad.
A juzgar por sus trabajos primerizos, su formación veneciana es más que probable (Virgen con el Niño y San Juanito, Museo Guggenheim), detectándose también un fuerte interés por la obra de Parmigianino.
Sin embargo, Scarsella usará una paleta de colores más cálidos, similar a la del espiritual Federico Barocci, activo en las Marcas.
Su pintura está impregnada de sensualidad, y cercanía, con un espíritu novedoso muy similar al que contemporáneamente estaban creando los Carracci en Bolonia.