En esa época, el gobierno español se disponía a abandonar el territorio como parte de la descolonización de África, al igual que anteriormente había otorgado la independencia a Guinea Ecuatorial en 1968.
El plan marroquí consistió en transportar a 350.000 civiles con unidades militares armadas camufladas entre ellos.
Por ello, la ocupación efectiva del territorio no tuvo lugar hasta años más tarde.
Posteriormente, se atribuyó a Marruecos la región de Tarfaya, en la que nunca había tenido presencia.
Es en este momento cuando la presencia española, inicialmente limitada a las zonas costeras, se expandió progresivamente hacia el interior del territorio, incluyendo las áreas más desérticas.
Con la guerra civil española se impulsó aún más el proceso de colonización, transformando la limitada presencia costera en una verdadera expansión territorial.
[4]Así, la cuestión del Sáhara la que se convirtió en la vía para legitimar el trono marroquí y generar un consenso con los partidos de la oposición, que igualmente concebían al Sáhara como parte de Marruecos.
La ONU pidió a España que paralizase el proceso hasta que la Corte se pronunciase, y Hasán II, rey de Marruecos, incluyó en enero de 1975 también en el litigio a Ceuta y Melilla.
Sin embargo, estas conclusiones no serían públicas hasta meses más tarde.
Como respuesta, EEUU pidió contención al rey marroquí para evitar una desestabilización de la región.
Sin embargo, pese a que esa fuese la conclusión del Tribunal de La Haya, en el texto sí que se reconocían vínculos legales históricos de lealtad entre el sultán de Marruecos y algunas tribus saharauis, algo que sería utilizado por el rey marroquí Hassan II para justificar su intervención en el territorio y recurrir la decisión del CIJ.
El Gobierno español estuvo entonces dispuesto a abandonar la provincia del Sáhara y sus obligaciones internacionales.
[4] A pesar de la abrumadora superioridad militar y logística de las Fuerzas Armadas españolas asentadas en el Sáhara Occidental en relación con las fuerzas armadas marroquíes, el Gobierno español temía que el conflicto con Marruecos pudiera derivar en una guerra colonial abierta en África.
El año anterior, la dictadura portuguesa había sido derrocada por las fuerzas armadas portuguesas en la conocida como "Revolución de los claveles" después de verse empantanado durante años en guerras coloniales en Angola y Mozambique.
Por lo tanto, con el fin de evitar la guerra y preservar en lo posible sus futuros intereses en el territorio, España accedió a entablar negociaciones bilaterales directas con Marruecos, incorporando también a Mauritania, que había planteado exigencias similares.
[9] En este contexto, Hasán II instó al pueblo marroquí a realizar una marcha «pacífica», principalmente de niños y mujeres desarmados, para recuperar los territorios del Sahara ocupados por España.
[11] A las columnas de civiles que marchaban hacia el sur vía Tarfaya se unieron también &&&&&&&&&&025000.&&&&&025 000 soldados de las Fuerzas Armadas Reales, que se dirigían a la provincia española por el este.
Así, se convocó una marcha inmensa que supuso para los marroquís una reivindicación de su identidad nacional.
[17] El 5 de noviembre, Hasán II anunció que al día siguiente los civiles cruzarían la frontera.
A las 10:33 horas del día 6, los primeros voluntarios de la marcha cortaron la alambrada que delimitaba la frontera e invadieron la provincia, adentrándose en territorio español cercano al puesto fronterizo de Tah, que asaltaron por la fuerza.
[1] El gran proyecto marroquí ignoró por completo los habitantes del territorio que se pretendía anexionar.
Para ese momento, ya eran 71 los estados que habían reconocido oficialmente a la república saharaui.
La guerra del Sáhara Occidental se alargaría durante quince años, entre 1976 y 1991, oponiendo al movimiento de liberación saharaui y los estados ocupantes, implicando además una militarización del territorio.
[25] Para el derecho internacional, España sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental —el Acuerdo Tripartito de Madrid no es válido, pues según la ONU «no transfirió la soberanía sobre el Territorio ni confirió a ninguno de los signatarios la condición de Potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber transferido unilateralmente»—[26][27] y Marruecos lo ocupa.
El gobierno español -al igual que otros- rechazó el plan marroquí de autonomía para el Sáhara.
Sin embargo, en el año 2022, el presidente Pedro Sánchez del PSOE cambió sorprendentemente la tradicional política exterior española respecto al Sahara Occidental sin contar con el congreso español ni con sus socios de gobierno.
[30] Argelia apoya la autonomía e independencia del Sahara Occidental y esto es motivo de enfrentamiento permanente con su vecino Marruecos.