La rareza de la antimateria y tendencia a aniquilarse cuando es puesta en contacto con materia hace que este estudio sea una tarea técnicamente demandante.
Aunque la supernova sucedió hace 164,000 años luz, los neutrinos y antineutrinos pudieron haber sido detectados virtualmente simultáneamente.
Sin embargo, su tasa de masa-carga es tan grande que los efectos electromagnéticos hicieron imposible el experimento.
Para las partículas cargadas, la fuerza electromagnética abruma la interacción gravitacional que es muy débil.
Desde 2010, la producción de antihidrógeno frío se ha vuelto posible en los experimentos ATHENA, ATRAP y ALPHA en el CERN.
[8] Cuando la antimateria fue descubierta por primera vez en 1932, los físicos se preguntaron sobre cómo reaccionaría a la gravedad.
Los análisis iniciales se enfocaron en si la antimateria debería reaccionar de igual manera que la materia frente a la gravedad.
[10] Una gravedad repulsiva es, entonces, excluida, debido a que eso implicaría una diferencia entre la masa gravitacional observable de materia y antimateria.
[11] Sin embargo, se encontró más tarde que la antigravedad no violaría la segunda ley de la termodinámica.
[9] En 2014, el argumento fue retomado por Cabbolet, quien concluyó que apenas demuestra la incompatibilidad del Modelo Estándar y la repulsión gravitatoria.