Por esos días ejerce funciones de recaudador de rentas Juan Manuel Iturbe, a quien suele pasársele la mano a la hora del rigor y los castigos, y es contra esa situación en particular, que humilla y enardece a los labradores, que Chirino se levanta en armas.
Estaban incorporados a la vida rural y vivían casi como siervos de la gleba.
La idea inicial de llegar a Coro sufre un primer contratiempo luego de los éxitos iniciales, ya que los alzados deciden permanecer en las zonas tomadas.
[5] José Leonardo Chirino no llegó a tiempo para participar en el combate, al saber la derrota se internó en la serranía, trata de reorganizarse.
Escribe al cacique y a los indios de Pecaya, pidiéndoles incorporación a la lucha y prometiéndoles que no pagarían demora; esto es, un tributo especial de los indígenas y que ahora se les cobraba en dinero en efectivo.
Sin embargo, tres meses después la traición de un antiguo compañero facilita su captura y es trasladado hacia Caracas, donde la Real Audiencia lo condena a muerte por delito de subversión.
[7] Además esta insurrección es considerada por los historiadores como el primer movimiento preindependentista de Venezuela.