Dicha corriente migratoria ha sido una de las más numerosas y destacadas en la historia del país, albergando a una de las comunidades portuguesas más importantes del continente americano.
Ubicada principalmente en Caracas, Valencia y Maracaibo, también en Barquisimeto;[7] la comunidad portuguesa de Venezuela se encuentra entre los grupos étnicos más grandes del país.
Venezuela tiene la segunda mayor diáspora portuguesa en América, después de Brasil.
Desde principios de siglo XXI, principalmente a partir de los años 2010, se ha producido un fenómeno a la inversa, es decir, aquellos portugueses que habían emigrado durante el siglo pasado hacia Venezuela, junto con sus descendientes ya nacidos en Venezuela, emprendían el retorno a su antigua patria de origen, Portugal.
También, la influencia portuguesa empezó a sentirse en la dieta cotidiana del venezolano: el sector panificador emergió como una alternativa de la arepa y se convirtió en toda una gran organización comercial que ha influido en muchas áreas de la vida nacional.