Incluyendo la participación de Polonia, a los colonos alemanes se les otorgó fincas y tierras del cultivo de café, principalmente en Matagalpa, Estelí y Jinotega.
El primer alemán que se radicó en Nicaragua fue un comerciante en León en 1817 que era conocido simplemente como Don Alemán su nombre era Orlando W. Roberts originario de Hamburgo.
Hacia 1854, San Juan del Norte (Nicaragua) contó con diversos comercios y negocios de personas europeas, y se convirtió en el epicentro de esta prosperidad económica, la ciudad fue llamada posteriormente Greytown.
Los alemanes que trabajaban como mineros quedaron como prisioneros, tales como Don Julio y Don Roger, aunque luego de Alemania se rindiera ante las tropas aliadas, fueron liberados, y exclamaron «He perdido mi patria, pero he ganado la libertad» ya que estos ya se habían nacionalizado nicaragüenses.
Hubo eventos de gastronomía, cine, filosofía, patrimonio histórico y música.