[2][4] La inhibición cognitiva nos permite controlar la interferencia de ciertas representaciones mentales que nos molestan o lastiman.
[6][7] Estas habilidades inhibitoria de alto nivel cognitivo, por un lado se desarrollan y evolucionan a lo largo de la vida y son necesarias para lograr una adaptación exitosa al ambiente y mantener una salud integral,[8] pero, por el otro, pueden dar lugar a situaciones patológicas.
[9] En estos casos, la desinhibición que aparece es causada por daños en las regiones cerebrales frontotemporales.
[10] La disfunción ejecutiva y consiguiente pérdida de la inhibición cognitiva es un componente común e incapacitante también en la depresión tardía.
[10] Los déficits de inhibición cognitiva también se han asociado con la propensión al suicidio.