[1] También puede ser definida como el proceso extrínseco e intrínseco, responsable de observar, evaluar y modificar las reacciones emocionales.
Cada día, las personas están expuestas continuamente a una amplia variedad de estímulos potencialmente excitantes.
Por ejemplo, los seres humanos exponen dificultades prediciendo sus respuestas emocionales a eventos futuros.
Por lo tanto, pueden tener problemas tomando precisas y apropiadas decisiones sobre a cuáles situaciones emocionalmente relevantes deben aproximarse o evitar.
El despliegue atencional supone dirigir la atención hacia o lejos de una situación emocional.
Esto es porque la distracción fácilmente se filtra del contenido de la alta intensidad emocional, lo cual por lo demás sería relativamente dificultoso para evaluar y procesar.
Por ejemplo, esto podría implicar reinterpretar un evento ampliando la perspectiva de uno para ver "el cuadro completo".
La revaluación ha sido demostrado que efectivamente reduce la fisiológica, subjetiva y neural respuesta emocional.
En contraposición a la distracción, los individuos muestran una relativa preferencia por comprometerse en la revaluación cuando se enfrentan a un estímulo de baja intensidad emocional negativa porque este estímulo es relativamente fácil de evaluar y procesar.
Se ha demostrado efectivo reducir la expresividad facial, los sentimientos subjetivos de emoción positiva, la velocidad cardíaca, y la activación comprensiva.
Sin embargo, la investigación es variada al considerar si esta estrategia es efectiva para reducir la emoción negativa.
La investigación también ha mostrado que la supresión expresiva puede tener consecuencias sociales negativas, correlacionadas con la reducción de las conexiones personales y mayores dificultades para formar relaciones.
Es esencial identificar esta emoción los estímulos cognitivo/situacionales y los obstáculos que se plantean en un entorno clínico.
Las habilidades requeridas en el dominio de una situación vulnerable son la esperanza y la acción positiva.
Entre los tres y seis meses, el funcionamiento motor básico y los mecanismos atencionales comienzan a jugar un rol en la regulación de la emoción, permitiendo a los infantes un enfoque más efectivo o evitar situaciones emocionalmente relevantes.
Evidencia reciente apoya la idea de que el canto maternal tiene un efecto positivo sobre la regulación afectiva en los infantes.
[2] Sobre el final del primer año, los niños pequeños comienzan a adoptar nuevas estrategias para disminuir la excitación negativa.
Estas estrategias pueden incluir mecerse a sí mismos, masticar objetos, o alejarse de cosas que los disgustan.
La emoción de la regulación extrínseca sigue siendo importante para el desarrollo emocional en la primera infancia.
Ellos llegan a apreciar los contextos en los cuales ciertas expresiones emocionales son socialmente más apropiadas y por lo tanto deberían ser reguladas.
Por ejemplo, los adolescentes muestran una tendencia a demostrar más emoción si esperan una respuesta comprensiva de sus pares.
Los estudios también muestran que las emociones difieren en la adultez, particularmente el afecto (positivo o negativo).
Personas que intuitivamente imitan expresiones faciales; es una parte fundamental del funcionamiento de la salud.
Se puede argumentar que la regulación emocional juega un rol clave en la habilidad para emitir las respuestas correctas en situaciones sociales.
Esta habilidad, aunque aparece en todas las nacionalidades, se ha demostrado que varía en la aplicación exitosa en los diferentes grupos de edad.
Estos hallazgos apoyan la teoría de que con el tiempo las personas desarrollan una mejor habilidad para regular sus emociones.
Esta habilidad hallada en los adultos parece permitir a los individuos una mejor reacción en lo que sería considerado una manera más apropiada en algunas situaciones sociales, permitiéndoles evitar situaciones adversas que pueden ser vistas como perjudiciales.
En condiciones solitarias, la regulación emocional puede incluir un efecto minimizador-miniaturizador, en el cual los patrones expresivos externos comunes son reemplazados con versiones moderadas de expresión.
Como resultado, el nivel de expresión emocional puede ser bajo en estas situaciones solitarias.
Estas experiencias traumáticas típicamente suceden en la escuela primaria y a veces están asociadas con el bullying [intimidación escolar].