Esta camisa caía hasta las rodillas, era hecha con una sola tela larga cosida a los lados, por lo que las mangas eran huecos en la doblez.
Por lo que se conoce, no existía un uso reglamentado de las prendas y todas las mujeres podían llevarlo como quisieran.
Ellos criticaban y despreciaban a otros grupos que no sentían vergüenza al mostrar sus genitales, pues esas costumbres se oponían a su ideal de conducta y vestido que querían imponer.
"El defecto de los huastecos (es) que los hombres no llevan taparrabo aunque en verdad (entre ellos) hay muchas mantas".
b) Lateralmente, anudada sobre un hombro y pasada por debajo de la axila del otro brazo, la cual parece que fue la más común de todas, ya que permitía tener libres ambos brazos.
c), era indicativo de pertenecer a los pipiles o haber ganado el privilegio por sus acciones en la guerra.
Si no, era seriamente castigado con azotes; los macehuales, por su parte, la portaban hasta las rodillas.
[5][6][3] Los cabellos eran largos y oscuros, los remataban sobre la frente con dos protuberancias que recuerdan cuernos truncados.
A los diez se les dejaba crecer un mechón de pelo en la nuca llamada mocuexpaltia.
Pero se le dejaba crecer un mechón sobre la sien derecha que con el tiempo cubría la oreja.
[4] Las mujeres solían maquillarse y arreglarse modestamente, con aretes, telas o lazos de colores, algunos collares, pulseras, brazaletes y anillos en los tobillos, que dependían en riqueza con su capacidad económica, se menciona que en lugares distantes a la ciudad usaban un pañuelo sobre la cabeza, en ocasiones especiales se pintaban con colores ocre o amarillos.
[3] Para ambos tipos era su vestido rico en detalles y finos, pero se caracterizaban por vestir de acuerdo al culto que estaban dedicados, de tal manera que algunos vestían como lo haría el dios, por lo que algunos se les encontraba en una situación poco higiénica, por ejemplo los dedicados a los sacrificios no se lavaban la sangre que les caía la cual de seguro se descomponía sobre su cuerpo y tenían los cabellos sucios y llenos de sangre.
Estos eran puestos y usados por vez primera en el bautizo, aunque no abandonaron el uso del maxtlatl y el tilmatli, tal y como se puede ver en las representaciones de los nobles indígenas del siglo XVI y XVII, o mejor aún en la de San Juan Diego a quien, según la tradición la Virgen María en su avocación de Guadalupe estampo su figura en el tilmatli de San Juan Diego; el uso del sombrero parece que fue hasta finales del siglo XVII que empezaron a usarlo, ya que antes de esta época era solo usado por los indígenas nobles o caciques que copiaban las modas europeas.