El Imperio español en Asia y Oceanía hace referencia al conjunto de territorios del Sudeste Asiático e islas del Pacífico que pertenecieron a España entre los siglos XVI y XIX.
En su travesía, en 1521, descubrió el archipiélago Tuamotu y visitó la isla Puka-Puka, a la que llamó «San Pablo».
Debido al temporal, los marineros tuvieron que volver por el mismo recorrido por las Marianas.
Para ello encargó a García Jofré de Loaísa y a Juan Sebastián Elcano comandar la expedición compuesta por siete naves: la Santa María de la Victoria, la Sacti Spiritus, la Anunciada, la San Gabriel, la Santa María del Parral, la San Lesmes y el patache Santiago.
Durante el viaje se perdieron el patache Santiago, que llegó a la Nueva España y la San Lesmes de la que no se supo, pues se cree que pudo recalar en Tahití, en la isla de Amanu, en las Tuamotu o que llegaran hasta Nueva Zelanda y naufragaran en la costa sur de Australia; desde allí la tripulación habría costeado la isla hasta pasar el cabo York, siendo después apresados, probablemente, por la segunda expedición del portugués Gomes de Sequeira.
[2] Hernán Cortés, tras la conquista del Imperio azteca, creyó importante crear flotas navales en el Pacífico.
Por ello, solicitó a su primo Álvaro de Saavedra Cerón comandar una expedición al Pacífico.
Más tarde, Saavedra perdió la vida y la expedición quedó frustrada, dándole fin tras un naufragio en una tempestad.
[1] En 1537 Hernán Cortés, envió a Hernando de Grijalva al Perú transportando ayuda para Francisco Pizarro.
Grijalva fue asesinado en un motín de su tripulación, quienes decidieron encaminar el barco hacia las Molucas.
En 1527, Hernán Cortés organizó una expedición, que tenía como objeto encontrar nuevas tierras en el mar del Sur (océano Pacífico), y le encargó a su primo Álvaro Saavedra y Cerón el mando de la misma.
Hábilmente, López de Legazpi evitó hostilizar a los moradores de las islas, que se decía que enseñaban ni más por más las vergüenzas al aire, y no encontró resistencia para explorarlas.
Los galeones llevaban especias (pimienta, clavo y canela), porcelana, marfil, laca y elaboradas telas (tafetanes, sedas, terciopelo, raso), recogidas tanto de las islas Molucas como de la costa asiática del Pacífico.
Se organizó como una expedición privada donde el virrey aportaba los efectivos militares, en tanto que Mendaña que iba como adelantado de las Salomón, convencía a mercaderes y colonos para participar en la aventura.
Al pasar junto a Tinakula, un volcán que se encontraba en actividad, desapareció la Santa Ysabel el 7 de septiembre.
Al deteriorarse la situación decidieron abandonar la colonia y poner rumbo a las Filipinas el 18 de noviembre.
El 10 de febrero hallaron la primera isla poblada del archipiélago «La Conversión de San Pablo» (Hao) en la cual desembarcaron e hicieron contacto con sus habitantes y el 12 de febrero ven otra que no visitan pero que bautizan: «Decena» por ser la décima isla hallada (Tauere o tal vez Faaite) y al día siguiente «La Sagitaria» (tal vez Rekareka) en donde desembarcaron y tomaron contanto con sus habitantes.
Al día siguiente descubrieron «La Fugitiva» (tal vez Uturoa del archipiélago de la Sociedad o Raroia).
También fue el primer europeo que descubrió Tahití, aunque no se sabe si llegó a desembarcar.
[1] El 30 de abril llegaron a la isla de Espíritu Santo en donde Quirós tomó posesión de todas las tierras del sur hasta el polo: Quirós desembarcó en esa isla que creyó era parte del continente meridional y la llamó la «Austrialia del Espíritu Santo» (mezclando las palabras «austral» y «Austria», dinastía reinante en España y Portugal).
La expedición demostró que Nueva Guinea no formaba parte del tan deseado continente.
[12] Una expedición española fue enviada desde las Filipinas para conquistar Taiwán (isla Formosa) al mando de Antonio Carreño Valdés.
Se perdieron contactos con Indochina, Malaca, Macao, Goa y asentamientos por Indonesia conservándose de Asia las Filipinas.
Los indígenas paganos se levantaron varias veces contra la ocupación española, hasta que el capitán Damián de Explana logró reducirles.
En 1690 nuevas insurrecciones surgieron en las islas, pero esta vez fueron rotundamente sofocadas, quedando establecida definitivamente la soberanía española en toda la región.
Al no encontrar nada en esa zona del Pacífico decidieron poner de nuevo rumbo a Chile.
Estos presos eran obligados a participar en la colonización de todo el territorio, especialmente en las islas Marianas.
El gobernador del Maluco le toma relación de la hazaña, la escribe y certifica.
Al final del siglo XIX, se desarrolla un movimiento independentista, el Katipunan, que se enfrentaría en un conflicto armado con el gobierno colonial español y daría lugar a la llamada Revolución filipina.
Aunque no hubo oposición interna sustancial, Estados Unidos decidió anexionarse las Filipinas.