Las llamas se abrieron paso al igual que las brasas y hojas de eucalipto ardiendo y quemaron el municipio en su totalidad en apenas una hora.
[4][5][6] El 17 de octubre una tormenta cayó directamente en las regiones afectadas, ayudando a las autoridades a poder controlar la mayoría de focos activos en las zonas urbanas, aunque aún se registraban lugares en los bosques peninsulares ibéricos donde los incendios mantenían resistencia.
El día 19 se pudo dar por finalizado el episodio[7] Entre 2001 y 2014, 87 351 incendios quemaron más de 360 000 hectáreas en esta región, una superficie más grande que la provincia de Vizcaya.
[8][9] Como explicación, a menudo se argumenta que el despoblamiento del medio rural y el consiguiente descuido de los bosques, una población envejecida y el uso del fuego como elemento de gestión de la montaña, serían parte del problema.
Entre el día 1 y el 13 la Consejería de Medio Rural gallega informaba que se habían quemado unas 2000 hectáreas en varios incendios menores, donde destacaban tres incendios en el municipio de Lobios que habían afectado en el parque natural de O Xurés.
A mediodía había unos 140 incendios en varios puntos y se estimaba que unas 1500 hectáreas quemadas.
[16] Las llamas se acercaron a ciudades como Vigo,[17] donde los vecinos de barrios como Valladares realizaron cadenas humanas con cubos de agua para intentar parar los efectos del fuego.
[26] En los Ayuntamientos de Gondomar y Nigrán la situación es crítica y abren sus pabellones deportivos para que los vecinos afectados puedan dormir, se llegan a desplegar los bomberos del aeropuerto de vigo.
Aun este día se mantenían activos cincuenta fuegos en Galicia, pero ya no amenazaban a núcleos urbanos.
[39] Un hombre de 40 años fue detenido por haber causado seis incendios en Ponferrada mientras iba en bicicleta.
[42][43] En paralelo con los incendios que se produjeron en Galicia también se extendieron otros igualmente peligrosos en zonas del norte y centro de Portugal y el interior de Asturias.
Portugal vivió una jornada trágica, tras un verano negro en lo que respecta al fuego, con la muerte de 43 personas.
[44] Asturias contabilizó en este periodo 35 incendios forestales activos en 19 municipios de la región.
[48] De igual manera, también se ha hecho propaganda del denominado «yihadismo forestal».