[13] La lluvia comenzó a caer el 16 de octubre en casi todo el país, excepto en el Algarve.[14] La situación en Portugal se agravó con intensidad en octubre y noviembre: En este último mes todo el territorio continental se encontraba en situación de sequía severa (24,8%) y extrema (75,2%).Si se toma solo el dato de agua embalsada, las cuencas que se encontraban en peor situación fueron las del Júcar y el Segura, cuyos pantanos estaban al 26% y 14,3%, respectivamente.[17] A pesar de que la cuenca del Guadalquivir estaba al 32,3%, la situación era mucho más preocupante en la del Miño-Sil, donde la confederación estableció la alerta de sequía completa aunque sus embalses estaban al 42,2%.Alrededor de 15.000 habitantes de los diez municipios que componen la mancomunidad tuvieron que limitar el agua potable al consumo humano y tuvieron prohibida su utilización en explotaciones agrícolas y ganaderas.[18] Las zonas menos afectadas de la península por la sequía fue la Cornisa Cantábrica y Cataluña, aunque también sufrieron un progresivo desgaste.[21] Varias instituciones han advertido que España será uno de los países más afectados por el cambio climático[22] al provocar en el país un cambio en el clima que no sería tan drástico como en Reino Unido o Suecia por el papel que tiene el país ibérico de ser el límite entre el Sahara y el clima europeo.[24] Castilla-La Mancha mostró su disconformidad al suponer trasvasar agua de su comunidad a las regiones del Levante español.A finales de febrero y principios de marzo un frente tormentoso se extendió desde el este europeo a toda la península dejando abundantes lluvias en la península ibérica.
Porcentaje de agua embalsado a mediados de octubre de 2017 por cuencas hidrográficas.
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