es un largo poema elegíaco escrito por Alfred Tennyson en conmemoración de su amigo Arthur Henry Hallam, muerto en 1833.
Mediante alusiones a elegías pastorales, Tennyson se alinea con sus predecesores (véase el Lycidas de Milton o el Adonais de Shelley), al mismo tiempo que los desafía con una forma y un método totalmente nuevos.
Her place is empty, fall like these Which weep for ever new, A void where heart on heart reposed: And, where warm hands have prest and closed.
Which weep the comrade of my choice An awful thought, a life removed, The human-hearted man I loved, La estructura de esta elegía épica expone al lector la evolución de los sentimientos y actitudes del poeta a lo largo del tiempo, que discurre en paralelo al despliegue de los versos.
El ejemplo más significativo es la actitud del autor hacia la vida eterna; es decir, su escepticismo inicial hacia la inmortalidad y la espiritualidad se transforma, conforme su pena disminuye con el tiempo, y le permite redescubrir la importancia de combinar el mundo material con el espiritual.