Imperio oyo
De camino a la batalla, los hermanos discutieron y el ejército se dividió.[2] La fuerza de Oranyan era demasiado pequeña para realizar un ataque exitoso, por lo que vagó por la costa sur hasta llegar a Bussa.[3] En un momento dado, Oyo-ile estuvo en guerra con los Bariba de Borgu, que querían subyugar la nueva ciudad aún en construcción.Ajaka fue depuesto, porque carecía de virtudes militares yoruba y permitía a sus subjefes demasiada independencia.Su sucesor, Kori, logró conquistar el resto de lo que los historiadores posteriores denominarían Oyo metropolitano.[5] Las dos estructuras más importantes de Oyo-Ile eran el 'Afin', o palacio del Oba, y su mercado.[7] Los Nupe saquearon la capital, destruyendo Oyo como potencia regional hasta principios del siglo XVII.[7] Durante el siglo XVII, Oyo comenzó un largo tramo de crecimiento, convirtiéndose en un imperio importante.Siguiendo el ejemplo de sus enemigos Nupe (a los que llamaban "Tapa"), los yoruba se rearmaron con armaduras y caballería.[6] Se construyó una nueva capital, Oyo-Igboho, y la original pasó a ser conocida como Viejo Oyo.[17] Con su caballería, Oyo realizó con éxito campañas de conquista y supresión a grandes distancias.Con la expansión imperial, Oyo se reorganizó para gestionar mejor sus vastas posesiones dentro y fuera de Yoruba.Se dividió en cuatro estratos definidos por su relación con el núcleo del imperio.[21] Estos estratos eran Oyo metropolitano, Yorubalandia meridional, el corredor de Egbado y Ajaland.[22] El segundo estrato del imperio estaba compuesto por los pueblos más cercanos a Oyo-Ile, que se reconocían como hermanos.[10] Estos estados tributarios estaban dirigidos por sus propios gobernantes, titulados Obas,[22] que eran confirmados por el Alaafin de Oyo.[23] Oyo era conocido por castigar la desobediencia con la matanza al por mayor de la comunidad errante, como lo hizo en Allada en 1698.[24] El Alaafín de Oyo también debía conceder a sus subordinados honores y regalos.[24] A cambio, todos los subgobernantes debían rendir homenaje al Oba y renovar su lealtad en ceremonias anuales.Según la tradición, se esperaba que el Alaafín llevara a cabo entonces un suicidio ritual.[25] El Imperio de Oyo no era una monarquía puramente hereditaria, ni tampoco absoluta.Para evitarlo, era tradicional que el príncipe heredero se suicidara a la muerte de su padre.[27] El Alaafín de Oyo nombraba a ciertos funcionarios religiosos y gubernamentales, que solían ser eunucos.[29] Los miembros más jóvenes de los Ilari realizaban tareas serviles, mientras que los mayores actuaban como guardianes o, a veces, como mensajeros al otro mundo mediante sacrificios.