Gracias a su destreza militar, riqueza, arquitectura, su sofisticada jerarquía y la cultura del imperio, el Imperio asante ha sido ampliamente estudiado y cuenta con más libros escritos por autores europeos, principalmente británicos, que cualquier otra cultura indígena del África subsahariana.
[6] La economía del Imperio Ashanti se basaba principalmente en el comercio de oro y esclavos.
[8] El Imperio asante libró varias guerras con reinos vecinos y tribus menos organizadas, como los fante.
En la actualidad, el reino asante sobrevive como un estado tradicional subnacional protegido por la Constitución[9] en unión con la República de Ghana.
En el siglo XVII los akan fundaron tres reinos en el interior de lo que hoy es Ghana: Denkyira, Akyem y Akwamu.
Estos reinos, enfrentados entre sí, hacían frontera con los pequeños Estados ashanti, llamados oman, que estaban dirigidos por un jefe o hene.
En Akwamu, Osei Tutu consiguió armas de fuego europeas, con las que se enfrentó a Denkyra en 1700.
[2] Los asantes tenían un gran ejército, compuesto por unos cuarenta o cincuenta mil infantes a mediados del siglo XVIII.
[13] Estaban armados con mosquetes obsoletos, aunque contaban con una estructura de mando eficiente y centralizada (asanthene).
[15] Sin embargo, las disputas sobre las fronteras entre el Imperio asante y la colonia británica dieron lugar a la primera guerra anglo-asante, que se libró entre 1823 y 1831; las partes alcanzaron finalmente un acuerdo por el que aceptaban fijar la frontera en el curso del río Pra.
Francia buscaba una alianza con Kwaku Dua Prempeh, pero este no estaba interesado en ella, pues solamente quería la paz con los británicos para que estos ayudaran en la prosperidad de los asantes.
En 1896, tras la llamada cuarta guerra anglo-asante, el imperio se rindió, cesó la resistencia y Prempeh I fue arrestado.
La Corte asante, que no había sido exiliada a las Seychelles, organizó una ofensiva contra las fuerzas británicas instaladas en Kumasi.