Iliá Kíbel
Durante la Gran Guerra Patria fue evacuado a Sverdlovsk, en los Urales, junto con un equipo del Observatorio Geofísico Principal de Leningrado.Desde mediados del siglo XIX los pronósticos climáticos se realizaban mediante la observación sinóptica del tiempo atmosférico, complejos de obtener por la dificultad de clasificar ciertas características climáticas como las nubes y los vientos.El verdadero punto de inflexión fue la invención del telégrafo en 1843 que permitía intercambiar información sobre el clima a velocidades inigualables y el establecimiento de estaciones meteorológicas donde medir y recopilar la información del clima para su análisis, análisis que era muy lento, inexacto y, casi siempre, influenciados por factores subjetivos.En 1958, se vio obligado a abandonar el Instituto Central de Predicciones.Entre los estudiantes de doctorado formados por Kíbel se encuentran los académicos G. Marchuk, A. Dorodnitsin y A. S. Sargisian.