Ignacio Torres Adalid

Después le siguieron 4 hombres: Javier, Ignacio, José y Agustín, quien falleció joven.No tuvieron descendencia, pero criaron como hija a su ahijada Ana María Álvarez de Toledo Navarro.Doña Juana murió en 1899 tras una caída de cinco metros dejando a su esposo como su heredero universal.Debido a esta enfermedad Ignacio tenía una pierna más delgada y corta que la otra.A finales del siglo XIX Torres Adalid albergaba cerca de 1800 personas en sus haciendas.Torres Adalid dedicó la mayor parte de su tiempo a sembrar magueyes y modernizar la industria.Le explicaron a Madero que del maguey también se obtienen alcohol, mieles y medicamentos.Esto se debe en gran parte por la oleada de asaltos que azotó en esos años al campo.Aparte de los ataques políticos, este negocio falló al no encontrar la ansiada fórmula para conservar el pulque en botellas.A lo largo del siglo XIX los hermanos Torres Adalid se vincularon con todos los gobiernos que llegaron al poder.Una de estas fue que en 1836 Maximiliano, concedió la Orden Imperial Mexicana a Ignacio.Aunque Lerdo y Juárez los hubieran querido castigar por su simpatía al imperio, los hermanos no sufrieron ninguna represalia gracias a la importancia del pulque en ese tiempo.Este tropiezo fue transitorio ya que en los años siguientes Torres Adalid llegó a la Cámara de Diputados.Esto, más todos los actos vandálicos que se vivían en las haciendas llevó a la pérdida de varias cosechas.Esta llegada al Senado fue difícil, ya que el gobernador Antonio Hidalgo se oponía.Una vez en el Senado, Torres Adalid y los demás hacendados buscaron desprestigiar al entonces gobernador de Tlaxcala.Cuando apenas llevaba un mes y 20 días Ignacio pidió una licencia por tiempo ilimitado sin goce de sueldo.A Torres Adalid le tocó sufrir amenazas por las huestes revolucionarias, tanto que pidió protección al gobernador del Estado de México para su hacienda Ometusco.La Compañía Expendedora de Pulques encabezada por Pablo Macedo no logró su cometido.Este organismo encabezado por Ignacio Torres Adalid como presidente reunió en 1912, a 200 hacendados en Apizaco, Tlaxcala.Torres Adalid buscó refugio en el hotel Campoamor, ubicado en la bahía de Cojímar.Ahí se encontró al abogado Ignacio Bravo Betancourt, uno de sus mejores amigos.También durante este tiempo pudo ayudar a sus sobrinos Javier y María Torres Riva, quienes atravesaban por una crisis económica.En 1916 la situación se normalizó y recuperaron las haciendas aunque el negocio pulquero jamás volvió a tener su antiguo esplendor.Sus albaceas fueron su sobrino Javier, Manuel de Zamacona y Pedro Lascuráin Paredes.Para la parte de las colegiaturas, al gobernador le correspondería designar a los beneficiarios.Pues consideraba que los productos obtenidos de estas serían suficientes para sostener la fundación.Hoy en día existe una calle en la Colonia del Valle en la Ciudad de México destinada a honrar al benefactor Ignacio Torres Adalid.
Extracción de pulque en los Llanos de Apan, México