Iglesia de Santa María (Ateca)

En su origen esta talla fue una imagen articulada para poder representar el descendimiento de la cruz hasta que se perdió esta representación y se le fijaron con clavos los brazos al cuerpo dejándolo como imagen yacente.

El último tramo de la nave, (s. XVI) donde se ubica el coro es un añadido posterior a la fábrica principal de la iglesia y que de cara al exterior se haya fuertemente fortificado, estando construido, a diferencia del resto de la iglesia en piedra caliza y con una galería con arcos apuntados en su parte superior.

Del retablo mayor dedicado a la Asunción de María, del siglo XVII, realizado entre los años 1650 y 1657 por Martín de la Almunia y Bernardo Ibáñez y policromado por Juan de Lobera y sus hijos Jusepe y Francisco, se ha retirado la imagen central de la Virgen que procedía del Monasterio de Santa María de Huerta, del siglo XVIII por la que tenía originalmente y que se conservaba en la sacristía.

La cruz tiene los extremos rematados a modo de palas, en las que pudo haber cuatro figuras humanas o escenas de la Pasión, que han desaparecido.

Su torre campanario situada en la fachada sur, por sus especiales características, merece una mención aparte.