Igualmente clásicos son los motivos que decoran el resto de la fábrica, que combina sillar con sillarejo y ladrillo, y se encuentra actualmente en perfecto estado de conservación.En la iglesia, de carácter monumental, destaca el sello personal del arquitecto Agustín Sanz, seguidor de Ventura Rodríguez, que realizaría básicamente entre 1771 y 1782 el crucero, que va cubierto con cúpula sobre tambor cilíndrico y pechinas y dotada de linterna.El resto de las pinturas murales se atribuye a fray Manuel Bayeu.Recientemente se han llevado a cabo hallazgos reseñables en dicha obra fúnebre, antiguamente arrinconada y sin brillo en un rincón de la iglesia.Posiblemente ello se deba a la pésima tarea de montaje que sufrió el sepulcro tras la demolición de la antigua cripta de los Aranda y ser trasladado a la nueva iglesia en el siglo XVIII d. C., ya que quedó adosado a un muro y semioculto.Pero la intención es restaurarlo y completar así la recuperación de una pieza excepcional.