Por otro lado, el incendio que sufrió durante la guerra civil española y las dos restauraciones de que ha sido objeto durante el siglo pasado, aunque no hayan supuesto alteraciones formales, sí han causado la sustitución de elementos primitivos por otros modernos.
Los tres ábsides tienen configuración rectangular y están cubiertos con bóvedas de cañón.
En el vestíbulo situado al oeste se ubica la tribuna; originariamente este tramo de entrada solo estaba comunicado con la nave central por una puerta adintelada, actualmente ha sido sustituida por un arco de medio punto.
Al exterior, los muros se articulan con sillería que descansan sobre un zócalo corrido, destacando el uso del hormigón romano, muy propio de la arquitectura asturiana.
[5] Los muros interiores de la capilla central, se decoran con arcos ciegos de medio punto sustentados por columnas entregas sobre las que se disponen capiteles corintios similares a los del arco triunfal.
Otro elemento decorativo es el que forman las pinturas al fresco de las que aún persisten suficientes vestigios en los muros y bóvedas interiores como para forjarse una idea de cuál debió ser su aspecto original.
En la nave central, en dirección sur, se puede observar que la superficie estuvo dividida siguiendo esquemas rectangulares, en donde en uno se aprecia representación del frente de un palacio y en otro lado un personaje mirando hacia la derecha.