Es un templo de la segunda mitad del siglo XI, con arquerías lombardas y lesenas en el ábside.
Las reformas hechas a lo largo de los años convirtieron el ábside en sacristía, por lo que hay un tabique que lo separa de la nave, actualmente.
La puerta, a mediodía, también fue reformada, además de abrirse una ventana en el mismo muro.
No hay ornamentación en los muros exteriores, salvo el ábside, que presenta arcos lombardos y lesenas.
El aparato es del siglo XI, formado por sillares recortados sin pulir, dispuestos cuidadosamente en hileras regulares, pero todo hecho con una gran sencillez.